
Una de las primeras recomendaciones es ser tú mismo. Para la gran mayoría de adolescentes es una lucha constante el mantener su originalidad, su identidad; sobre todo cuando se forma parte de un grupo en el que el líder ordena y deshace a su antojo.
Pese a
ello, los chicos suelen mantener algo de su propia personalidad, esto es lo que
debemos buscar en nosotros y potenciar, de modo que podamos mostrarnos honestos
y auténticos. Lo importante es que seas fiel a tus propias
ideas y
opiniones.
Asimismo, es bueno que nos mantengamos alejados de los chismes, especialmente de
los que hablan mal de nuestros propios amigos. Por ello, si es algo que te
preocupa, no lo cuentes a los cuatro vientos, sino que es preferible
consultárselo a él o ella antes que a nadie.
Ponte en
su lugar, pensando cómo te sentirías tú en su lugar. Lo más probable es que te
gustaría que tus amigos, lejos de criticarte o hacer circular el chisme, te defiendan y te apoyen
abiertamente.
Por
último, hay que tener cuidado de devolver los pequeños favores que desinteresadamente nos ofrecen
nuestros amigos, como prestarnos una chaqueta, un libro y hasta un hombro sobre
el cual llorar.
Si te los
acaban de prestar, recuerda lavar las prendas antes de devolvérselas, y del
mismo modo, si te han prestado un texto, cuídalo, pues ello significa que los
aprecias mucho.